Entre sueños y realidad: cómo la ensoñación afecta nuestras relaciones y metas


Mendoza, A.A. Veces visto
Ciencias de la Comunicación:
Hombre en el horizonte del mar

Este artículo examina el fenómeno de la ensoñación desde una perspectiva interdisciplinaria, integrando hallazgos de la psicología y la sociología para comprender su impacto en la atención, la comunicación interpersonal y la consecución de metas. Se parte del reconocimiento de la ensoñación como una facultad cognitiva natural, asociada a la creatividad y la planificación, pero también como un factor que, cuando es excesivo o desadaptativo, interfiere en la presencia mental, debilita la conexión emocional con los demás y obstaculiza el desarrollo personal y profesional.

A través de la revisión de literatura científica y el análisis de manifestaciones cotidianas, se evidencia cómo la divagación mental puede deteriorar la calidad de las relaciones familiares, laborales y amistosas, así como distorsionar la percepción de la realidad y desviar recursos cognitivos esenciales para el logro de objetivos. Finalmente, se propone la práctica de la atención plena como herramienta para reconectar con el presente, mejorar la calidad de las interacciones y fortalecer el enfoque hacia un futuro deseado. El artículo invita a una reflexión crítica sobre los patrones mentales individuales y su repercusión en la vida relacional y proyectiva de las personas.

Navegando el mundo interior: ensoñación, presencia y conexiones auténticas

En la travesía de la vida, donde anhelamos forjar lazos profundos y alcanzar nuestras más preciadas aspiraciones, a menudo nos encontramos inmersos en un océano de pensamientos internos. La ensoñación, esa capacidad maravillosa de nuestra mente para transportarnos a mundos imaginarios, es una experiencia humana universal. Surge cuando nuestra atención se desliga del presente, danzando libremente entre recuerdos, anhelos futuros o escenarios hipotéticos.

Sin embargo, cuando esta tendencia se vuelve una constante evasión de la realidad que nos rodea, puede erigir muros invisibles en nuestras relaciones y desviar nuestra energía de los desafíos que nos impulsan a crecer. La comunicación genuina, el cimiento de toda relación humana significativa, requiere nuestra presencia plena, una escucha activa que va más allá de las palabras. ¿Cómo podemos construir puentes de entendimiento si nuestra mente está constantemente en otra parte?

Las ensoñaciones pudieron tener, en su origen, una función compensatoria de alivio del sufrimiento y posteriormente la tendencia a la fantasía se sobre generalizó ante problemas menores, limitando las oportunidades de socialización satisfactorias y el aprendizaje de habilidades de relación en un contexto real. Debido a estos déficits adquiridos, el entorno fue proporcionando pocos éxitos y bastantes rechazos a lo largo de su crecimiento, perpetuando y consolidando la creencia nuclear “mis relaciones imaginarias son las únicas gratificantes y fiables” (Vázquez-Rivera et al, 2020)

Desde la psicología, comprendemos que la ensoñación puede ser una herramienta valiosa para la creatividad y la planificación. No obstante, un exceso puede llevarnos a la desconexión con quienes nos rodean y a la postergación de nuestras metas. La sociología nos enseña que las interacciones humanas se enriquecen con la atención mutua y la participación activa. En el corazón de las relaciones humanas reside la empatía, la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otro, una habilidad que se fortalece con nuestra presencia y enfoque.

Cultivar la atención plena, ese arte de vivir conscientemente el momento presente, es la llave para fortalecer nuestros vínculos y avanzar con determinación hacia nuestros objetivos. Al dirigir nuestra energía mental hacia el aquí y ahora, enriquecemos nuestras conversaciones, profundizamos nuestras conexiones y potenciamos nuestra capacidad de acción.

Descifrando los laberintos mentales: ¿Cómo se manifiesta la ensoñación en nosotros?

En el vibrante tapiz de la vida cotidiana, donde cada interacción y cada tarea nos presenta una oportunidad de conexión y progreso, existe un fenómeno silencioso pero poderoso: la ensoñación. Esta danza de la mente puede manifestarse de diversas maneras. Quizás te encuentras asintiendo en una conversación, pero tu mente está a kilómetros de distancia, planeando tus próximas vacaciones o reviviendo un recuerdo pasado. Tal vez luchas por mantener la concentración en una tarea importante, con pensamientos intrusivos que te alejan del presente. En ocasiones, esta desconexión se revela en la dificultad para recordar detalles de una conversación reciente o en la sensación de que el tiempo se escapa sin haber logrado lo que te proponías.

Estas manifestaciones sutiles pueden tener un impacto significativo en nuestras relaciones. La falta de atención durante una conversación puede hacer que otros se sientan ignorados o poco valorados, erosionando la confianza y la cercanía. En el ámbito personal, la dificultad para concentrarse puede obstaculizar nuestro progreso hacia metas importantes, generando frustración y una sensación de estancamiento. “El trastorno de ensoñación excesiva es un patrón de pensamiento en el cual una persona se sumerge de manera excesiva e inapropiada en sus pensamientos y fantasías, lo que interfiere con su capacidad para llevar a cabo tareas cotidianas y relaciones sociales” (Sara, s/f). Esta falta de conciencia y rendimiento puede afectar directamente nuestra capacidad para comunicarnos eficazmente y alcanzar nuestros objetivos.

Desde la perspectiva de la psicología, estas experiencias son comunes, pero reconocer sus patrones es el primer paso para gestionarlas. Sociológicamente, una comunicación efectiva requiere nuestra presencia mental y emocional. En las relaciones humanas, la capacidad de escuchar activamente y responder con empatía depende de nuestra atención al momento presente.

Desarrollar la conciencia de nuestros momentos de ensoñación nos brinda la oportunidad de elegir dónde enfocar nuestra atención. Al cultivar la presencia, podemos enriquecer nuestras interacciones, fortalecer nuestros lazos y avanzar con mayor claridad hacia nuestros objetivos.

Cuando la mente navega: desdibujando las fronteras entre realidad y fantasía en la ensoñación

En nuestra vida interior, la ensoñación se presenta como un viaje fascinante, un espacio donde la imaginación no conoce límites. Sin embargo, en este constante ir y venir entre lo que es y lo que podría ser, a veces las líneas se difuminan, afectando nuestra percepción de la realidad y la calidad de nuestras interacciones humanas. ¿Cómo interfiere la ensoñación con la distinción crucial entre la realidad tangible y el reino de la fantasía?

Para muchos, la ensoñación puede ser una fuente de creatividad y alivio, un escape temporal de las presiones del día a día. No obstante, cuando la frecuencia y la intensidad de estas fantasías aumentan, la frontera entre lo imaginario y lo real puede volverse borrosa. Podemos encontrarnos reaccionando emocionalmente a escenarios que solo existen en nuestra mente, generando expectativas poco realistas en nuestras relaciones o posponiendo acciones importantes en la vida real mientras vivimos en un mundo de posibilidades infinitas en nuestra imaginación.

Esta interferencia puede manifestarse en la dificultad para concentrarnos en las conversaciones, interpretando las palabras y acciones de los demás a través del prisma de nuestras fantasías internas en lugar de la realidad objetiva. Esto puede llevar a malentendidos, conflictos y una sensación de desconexión con quienes nos rodean. En el ámbito personal, la tendencia a vivir excesivamente en la fantasía puede obstaculizar nuestra capacidad para establecer metas realistas y tomar las medidas necesarias para alcanzarlas.

Escribe la psicóloga Victoria López (2024) que la ensoñación no solo afecta al tiempo y a la productividad, sino también a las relaciones sociales. De esta manera, tienden a dejar de lado interacciones sociales o actividades importantes debido a la necesidad de seguir soñando despiertas. Muchas personas que padecen dicha afección han experimentado traumas o abusos en su infancia. En este sentido, este tipo de eventos podrían llevar a las personas a utilizar las fantasías como una forma de escapar de la realidad dolorosa.

Es crucial recordar que, si bien la fantasía tiene su lugar en nuestra vida, una conexión sólida con la realidad es fundamental para construir relaciones saludables y alcanzar nuestros objetivos. La comunicación efectiva se basa en la comprensión clara de la situación presente y la capacidad de responder de manera apropiada.

El tejido deshilachado: cómo la ensoñación impacta nuestras relaciones y futuro

En la intrincada red de nuestras vidas, las relaciones humanas y la visión de nuestro futuro son pilares fundamentales de nuestra felicidad y bienestar. Sin embargo, la ensoñación, ese constante flujo de pensamientos internos, puede sutilmente erosionar estos pilares si no somos conscientes de su influencia. ¿Qué impactos específicos produce la ensoñación en nuestros vínculos familiares, laborales, amistosos y en la consecución de nuestros planes a futuro?

En el seno familiar, la ensoñación frecuente puede manifestarse como una falta de presencia en momentos importantes, conversaciones a medias o una desconexión emocional que distancia a los seres queridos. En el ámbito laboral, la mente divagante puede traducirse en menor productividad, errores por falta de atención y dificultades en la comunicación con colegas y superiores. Las amistades pueden verse afectadas cuando la falta de atención en las interacciones genera la sensación de no ser escuchado o valorado. Incluso nuestros planes a futuro pueden verse comprometidos, ya que la tendencia a vivir en mundos de fantasía puede llevar a la procrastinación y a la creación de expectativas poco realistas.

Esta desconexión mental del presente puede generar sentimientos de aislamiento y frustración tanto en nosotros como en quienes nos rodean. La comunicación efectiva, basada en la escucha activa y la empatía, se ve directamente afectada cuando nuestra mente está en otro lugar.

Las personas que experimentan ensoñación excesiva suelen reportar que sus fantasías giran en torno a la necesidad de apoyo emocional, el deseo de superación personal y la búsqueda de validación social. Este tipo de ensoñación se percibe como una experiencia placentera y reconfortante, ya que ofrece un escape frente a tensiones cotidianas asociadas, entre otras cosas, con el individualismo exacerbado y la presión por destacar socialmente. Asimismo, estas fantasías funcionan como mecanismos de afrontamiento ante el estrés y reflejan las estrategias personales utilizadas para compensar carencias emocionales o sociales (Guzmán, 2018).

Cultivar la atención plena y la conciencia de nuestros momentos de ensoñación es crucial para fortalecer nuestros lazos y avanzar con intención hacia el futuro que deseamos. Al enfocarnos en el presente, podemos nutrir nuestras relaciones, mejorar nuestro desempeño y tomar decisiones más alineadas con nuestros objetivos reales.

Conclusión

La mente humana es un instrumento poderoso, capaz de soñar, crear y planificar grandes cosas. Pero cuando dejamos que esos sueños se apoderen del momento presente, corremos el riesgo de alejarnos de lo que realmente importa: las personas que tenemos cerca, las oportunidades que se nos presentan y los pasos concretos que nos acercan a nuestras metas.

La solución no es dejar de soñar, sino aprender a regresar —una y otra vez— al ahora. Porque es aquí donde ocurren las conversaciones que transforman, las decisiones que cuentan y los vínculos que nos elevan. Cultivar la atención plena no es solo una técnica: es una forma de vivir con intención, de mirar a los ojos a quien tenemos enfrente y decir, sin palabras, “estoy contigo”.

En resumen, si queremos relaciones más auténticas, logros más reales y una vida más plena, empecemos por algo simple y poderoso: estar verdaderamente presentes. Te invito a reflexionar sobre cómo la ensoñación podría estar afectando tus relaciones y tus planes. ¿Has notado alguna de estas repercusiones en tu vida? Comparte tus experiencias en los comentarios y si este artículo te ha inspirado a vivir con mayor atención en tus interacciones y aspiraciones, no dudes en compartirlo.

Referencias

Guzmán, G. (2018, abril 6). Ensoñación excesiva: qué es, síntomas, causas y tratamiento. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/ensonacion-excesiva

López, V. (2024, octubre 26). Ensoñación excesiva: Usando la imaginación como refugio. NeuroClas. https://neuro-class.com/ensonacion-excesiva-usando-la-imaginacion-como-refugio/

Mendoza, S. (2025, abril 13). Entre sueños y realidad [Imagen digital editada]. Imagen original generada con DALL·E

Sara, G. (s/f). Cómo evitar la ensoñación excesiva. Contigo Psicología. https://contigopsicologiaavila.com/blog/como-evitar-la-ensonacion-excesiva/

Vázquez-Rivera, S., Vega-Rodríguez, I., García-Villamor, M., Díaz-Marsá, M. y Carrasco-Perera, J.L. (2020). Trastorno de ensoñación excesiva: características clínicas y neuropsicológicas del primer caso descrito en españa. Revista de Casos Clínicos en Salud Mental, 8(1), 21-36. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7847212

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