Copo de nieve – Cuento Corto Infantil Navideño
El suave y frio viento sopla sobre el rostro de los pequeños en este diciembre, último mes del año en donde miles de familias se reúnen a festejar no solo la navidad, sino también como una fecha en la que todos los integrantes de la familia pueden reunirse para estar juntos, convivir, abrazar y reír en una noche tranquila en donde la felicidad no se oculta.
En el centro de la gran Ciudad Catarina asisten miles de familias de duendes, hadas, luciérnagas, gnomos, trolls, ninfas. Esta ciudad vista desde el espacio pareciera que sola iluminara al planeta completo, ya que aquí se concentra la mayor parte de los pueblos mágicos.
En estas fechas de invierno la mayoría de los seres mágicos se reúnen no solo para ver a su familia sino también para intercambiar objetos, conocimientos, sabidurías de otros pueblos teniendo presente la sana convivencia entre ellos haciendo de estas fiestas un sentimiento de paz y felicidad.
Se escuchan las canciones relacionadas a esta época, muchísimos pequeños corren de un lugar a otro, los seres voladores suben y bajan llevando con ellos bolsas de regalos para sus amigos y familiares.
Se escucha un fuerte estruendo en el cielo, muchos no prestan atención al ruido.
En una tienda de libros de seres fantásticos se encuentra Robin, un gnomo un poco testarudo, él no es muy bien recibido entre su tribu de gnomos ya que no tiene buen carácter, es tacaño y si ve la oportunidad de tomar algo se lo lleva, ¿Quién puede ser bueno cuando su corazón es como una roca?
Saliendo de la tienda se encuentra a un par de libélulas que Robin les había quitado con engaños un collar. En cuanto las libélulas lo vieron fueron tras de él y el gnomo salió corriendo, pero sus piernas cortas no le ayudarían de nada a escapar así que las libélulas lo sujetaron por ambos brazos y lo elevaron del suelo reclamándole por el engaño que les hizo, uno de ellos metió una mano en los bolsillos de su pantalón y encontró el collar que les había quitado, una vez obtenido lo que querían lo soltaron en el aire y cayó en un callejón.
El clima en esta ciudad estaba cambiando drásticamente de un soleado y hermoso día a un nublado cielo que poco a poco está oscureciendo el lugar. Todos en este sitio no lo ven como algo de que debieran preocuparse ya que aquí a pesar de los bellos días y felicidad abundante también hay días nublados y lluviosos, aunque para algunos si se les hizo extraño que el clima haya cambiado tan repentinamente, incluso cuando se pronosticó un día soleado.
Se veía algo oscuro el callejón en donde termino Robin el gnomo, pero una niña de la nada salió y él sobresaltándose le pregunto - ¿Qué hace una pequeña como tú en este lugar, es muy peligroso? -. Ella solo se le quedo viendo sin saber que decir o hacer, Robin solo se dio la vuelta para salir del callejón, pero la pequeña lo siguió, al ver esto trato de alejarla ya que ni la conocía, además era muy pequeña como para que estuviera allí. Robin se cansó se insistir para que se fuera a otro lado, la cara de la niña era tan dulce y tierna que este gnomo no tardo en invitarla a comer algo.
El clima ese día se estaba poniendo muy feo, empezaron a escucharse truenos y el viento soplaba cada vez más fuerte. Robin y la pequeña estaban en una cafetería tomándose un delicioso chocolate y un rico pan, en la mesa en la que ellos estaban había una ventana grande que alcanzaba a verse hacia afuera, en la calle se veía a la gente cada vez más presurosa el silbido del viento se escucha más y más.
Robin le pregunto a la pequeña de donde venia, pues él no había visto a alguien como ella en este lugar, el cual ella le contestó que era una Nereida, el gnomo se sorprendió y a su vez muy aterrorizado, sabía que no debía estar con ella, en el mundo subterráneo se dice que se ofrece una recompensa por quien encuentre a una tal Paulina una Nereida Espíritu Elemental del Agua y quienes la buscaban no eran unas buenas personas.
La pequeña viéndolo directamente a los ojos le dijo - Yo soy la Nereida que andan buscando -. El gnomo se puso pálido y se le quito el hambre que tenía. Un escalofrío le paso por todo el cuerpo…
En el cielo ya oscuro, miles de espíritus negros empezaban a bajar como en forma de rayos y sonidos estruendosos, cuando caían al suelo quedaban flotando, a pesar de la velocidad que llegaban ni siquiera tocaban el piso quedando suspendidos unos cuantos centímetros en el aire.
El ultimo espíritu en bajar y el que se veía más poderoso era otro Espíritu Elemental, él es Silfo un espíritu malvado del Aire. Silfo amenazo a toda la población para que le entregaran a la pequeña Paulina y si no la entregaban tomaría a toda la ciudad como sus esclavos para iniciar un nuevo reino en la oscuridad.
Robin muy asustado, veía a la niña con ganas de entregarla estaba muy seguro de si se la daba no solo seguiría con vida y libre, además recibiría una recompensa de mucho dinero. Este gnomo estaba luchando en su interior por decidir si en entregar o no a la niña mientras la veía. Paulina volteo a verlo - Quieres entregarme a Silfo, cierto no - dijo ella. Robin tomo la decisión de no entregarla.
El malvado espíritu Silfo empezó a traer fuertes ráfagas de viento sobre la ciudad provocando destrucciones. Los otros espíritus que venían con él empezaron a llevarse a la gente hacia el cielo ya que tenía pensado tomarlos como esclavos.
Paulina veía la destrucción desde la ventana de la cafetería, ver todas esas familias sufriendo por esos espíritus malvados le hacía sentir un gran enojo. Muy valiente ella salió de la cafetería y con solo levantar su mano podía empujar y mover a los malos espíritus que rondaban por las calles de la ciudad cubierta de oscuridad porque el sol estaba bloqueado por una inmensa nube negra, detrás de la pequeña iba el valiente gnomo también enfrentando a los espíritus.
Llegando a una zona en donde podían ver bien a Silfo, la niña le grito para que detuviera el caos que estaba haciendo. Pero Silfo no tenía buenas intenciones ni mucho menos dejar en paz a la gente pues él solo quería robarle el poder de Paulina para volverse más fuerte.
Silfo con una mirada de alegría por encontrar a la niña lanzo una fuerte ráfaga de viento, pero la niña ya enojada hizo que de sus brazos brotara un líquido luminoso e hizo una burbuja de agua que la cubriera del viento lanzado por Silfo, Robin quedo totalmente sorprendido al ver esto mientras estaba oculto detrás de un auto.
El malvado espíritu elemental ordeno a todos sus fieles sirvientes detuvieran y atraparan a la pequeña, ella era muy hábil y fuerte así que no podían acercarse los malos pues salían lanzados por los poderes de Paulina, todos estos seres se percataron que no podían llegar a ella así que juntos la rodearon lanzando ráfagas de viento con objetos para que Paulina se agotara.
El malvado Silfo que flota frente a ella coloco ambas manos con una mirada aterradora y lanzo un fuerte viento. Paulina protegida dentro de su burbuja se veía agotada, miro a Silfo directo a los ojos, levanto ambos brazos a los costados y grito tan fuerte que todo su cuerpo se volvió luminoso, pronto un fuerte destello de luz envolvió a la ciudad.
La gente se quedó unos segundos sin poder ver nada por esta explosión de luz, repentinamente se empezó a sentir frio cayendo del cielo copos de nieve, todo había vuelto a la normalidad y la nube que cubría a la ciudad ya no estaba ni mucho menos los malvados espíritus… Robin se acercó a la niña que estaba sentada en el suelo, Paulina sonriendo lo vio y le dijo - Gracias por no entregarme a los malos y cuidarme -.
Reflexión
Retira tus pensamientos del mal, tus palabras de pensar solo en ti y tus actos que no contradigan tus pensamientos y tus palabras. Aléjate de la maldad, es tiempo de hacer el bien por los demás.
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